jueves, 25 de octubre de 2012

A veces salir del camino...


Atención: entrada con parte espiritual/sensitiva/trascendental/momento soymáspaganaquecagarrunas incoming. Si los sentimientos relacionados con la naturaleza te la traen al pairo, stop reading.

Llegar a la parada de metro ya ha supuesto un buen chapuzón. Pero si el camino se hace en buena compañía y con una conversación que a pesar de ser trivial ocupa toda tu mente y tu risa, no importa. Sí, no miré el tiempo antes de salir de casa y no cogí paragüas. Dioses, vivo en Valencia, ¿quién pudiera pensar que iba a llover? Pero a mí no me importa mojarme un poco. Llevaba la cámara preparada para grabar cualquier cosa interesante, mañana por la mañana entrego un trabajo y me faltaba metraje... y me sigue faltando. Al salir de la estación de metro paso por al lado de un parque precioso pero al que nunca he entrado. Hoy, con las gotas cayéndome del pelo a la cara y sin un alma por la calle me he parado delante de la verja y tras pensar dos segundos he entrado. Primero me he refugiado debajo de un árbol, observando qué había a mi alrededor. No tengo palabras para describir lo hermoso que me ha parecido aquél momento. Lluvia, mucha lluvia, cielo gris, luz neutra, árboles enormes, antiguos y bandadas de pájaros piando y cantando de tal forma que tapaban el sonido de los coches. A pesar de los bancos, las papeleras, las verjas y los caminos perfectamente trazados, de pronto me he transportado. Hacía mucho que no sentía eso. Lo primero que he hecho ha sido sacar la cámara. He dudado, tenía miedo de que se mojara, pero el que no arriesga no gana, y necesitaba quedarme con algún recuerdo de ese momento. No he hecho grandes fotos, pero a mí me sirven para recordarlo, (y no, no le ha pasado nada a la cámara xD) El ir pasando bajo las copas de los árboles para mojarme lo mínimo mientras hacía las fotos ha sido divertido. Y cuando he guardado la cámara, para irme ya a casa, y he vuelto a cruzar el parque, mojándome pero con una sonrisa en los labios, rozando las hojas con los dedos... menuda sensación. Todo a mi alrededor estaba vivo, y me estaba saludando, se hacía de notar.

A veces, las pequeñas cosas, el arriesgar o simplemente el salirte del camino es una buena elección.

Foto malísima, pero para enseñaros el ambiente...

Otra foto regulera tirando a mala, pero me ha inspirado tanto el momento
y el lugar...